Por ramón Pérez Almodovar
Como hemos visto en análisis anteriores, el tratamiento informativo respecto al fenómeno migratorio está muy lejos de ser equilibrado: hay una cierta descompensación por parte de los medios de comunicación cuando se afronta la inmigración en Canarias, con informaciones que tienden a presentar el fenómeno desde un punto negativo, estigmatizando especialmente a las personas que llegan a Canarias por vía marítima, patera o cayuco.
La presencia de menores extranjeros que viajan sin sus padres o tutores legales en las barcazas que arriban a las costas de las islas, después de una larga travesía plagada de peligros, también es objeto de especial atención, al existir un mayor número de leyes nacionales e internacionales que dan mayor protección a los menores que a los adultos, no sólo por una cuestión moral.
Sin embargo, la acogida y asistencia a los menores es uno de los principales elementos de disputa entre las administraciones públicas, lo que se traduce en enfrentamientos políticos y disputas dialécticas entre el Gobierno central y el Gobierno autonómico, con participación de cabildos y ayuntamientos en estos enfrentamientos.
Si bien corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia para acoger, asistir y dar protección a los menores extranjeros no acompañados –etiquetados en la legislación como MENAS-, es frecuente la petición de ayuda del Gobierno canario al Gobierno central para que una buena parte de estos menores sea enviada a la Península, ya que los dispositivos de emergencia dispuestos por la Comunidad Autónoma parece que no son suficientes para atender a este sector de población inmigrante.
Según las declaraciones de los responsables en la materia del Gobierno autonómico, hay unos 1.500 menores extranjeros no acompañados, internados en centros de acogida inmediata (CAI), dispositivos de emergencia de atención a menores no acompañados de Canarias (DEAMENAC) y centros de acogida de menores extranjeros (CAME).
Ante la petición del Gobierno de Canarias de trasladar a una parte de estos menores a la Península, el Gobierno central ha aprobado una transferencia de 15 millones de euros que se emplearán para desplazar a centros peninsulares a unos 500 menores, es decir, a una media de 30.000 euros por menor.
No obstante, parece evidente que hay centros sobredimensionados, con una población mucho mayor de lo establecido en la legislación vigente, lo que es un obstáculo para ofrecer la adecuada atención a los menores, regulada por ley, así como la aplicación en condiciones favorables de un proyecto pedagógico adaptado a las necesidades de estos menores extranjeros no acompañados.
De ahí que el Gobierno de Canarias haya anunciado la intención de convertir el antiguo cuartel de Las Canteras en un centro para menores no acompañados, lo que ha supuesto la inmediata respuesta del alcalde lagunero, Rafael Clavijo, oponiéndose frontalmente a que se dé este uso al antiguo cuartel.
No es casual, por tanto, que en ese contexto el periódico Diario de Avisos haya publicado una ‘información’ que sólo se puede calificar como alarmista y demagógica, demonizando a los menores extranjeros no acompañados, prácticamente acusando a una parte de los internados en el CAME de Tegeuste de ser delincuentes, sin presuntos, utilizando para ello como portavoces a dos personas anónimas que sí se identifican como educadores del centro. Ante una información así, el alcalde de La Laguna tiene aún más argumentos para oponerse a la conversión del antiguo cuartel de Las Canteras en otro centro para MENAS, lo que, sin duda, satisfará a la población de La Laguna, en especial de la zona de Las Canteras.
Por ello, es oportuno pararse a analizar la ‘información’ publicada en grandes titulares, a cuatro columnas, el pasado domingo (día de mayor tirada) 11 de enero. [1]
Educadores de los centros de menores admiten sentir “miedo”
Educadores del centro de menores inmigrantes de Tegueste denuncian robos, agresiones y conflictos diarios por la saturación
La continua llegada de cayucos y pateras a Canarias en los últimos tres años, así como la falta de acciones políticas concretas nacionales en la materia, ha provocado que dispositivos que se crearon de manera provisional se hayan convertido en el hogar de cerca de un millar de menores inmigrantes. Los últimos altercados producidos en los dispositivos de emergencia de La Esperanza y Tegueste son problemas con los que convive diariamente el centenar de educadores de centros de menores, dos de los cuales han decidido contar a DIARIO DE AVISOS su complejo trabajo día tras día
La utilización de la metonimia (la parte por el todo) se convierte en una regla de uso diario en los medios, lo que contribuye a reducir y simplificar la realidad, creando estereotipos negativos. Del mismo modo que La Opinión publica ‘La Laguna rechaza un centro de menores en Las Canteras’ (¿acaso se ha publicado a toda la población?) en lugar de ‘El alcalde rechaza’, que sería lo correcto, el periódico Diario de Avisos titula ‘Educadores de los centros de menores admiten sentir miedo’, utilizando el plural, metiendo en el mismo saco a todos los educadores y a todos los centros. Ya que sólo han sido dos las personas que ‘informan’ al periódico, ambas trabajadoras del CAME de Tegueste, lo correcto hubiera sido el siguiente titular: ‘Dos educadores del centro de menores de Tegueste admiten sentir miedo’.
Claro, que eso impediría a la dirección del periódico abrir la publicación el día de mayor tirada con esa ‘noticia’. ¿Qué significa la opinión de dos educadores respecto a los centenares de trabajadores de los centros? ¿Acaso todos los educadores de todos los centros tienen miedo? Ese es el mensaje que pretende trasladar el periódico a la opinión pública, manipulando claramente los datos, tergiversando la realidad, deformando los hechos, demonizando a los menores extranjeros no acompañados, con un doble objetivo: apoyar al alcalde de La Laguna en su rechazo al uso que pretende dar el Gobierno a la instalación de Las Canteras y culpando al Gobierno central, Madrid, de todos los males (políticas nacionales).
Esta intencionalidad se pone de manifiesto en el lead o entradilla de la ‘noticia’: ‘La continua llegada de cayucos y pateras a Canarias en los últimos tres años, así como la falta de acciones políticas concretas nacionales en la materia, ha provocado que dispositivos que se crearon de manera provisional se hayan convertido en el hogar de cerca de un millar de menores inmigrantes. Los últimos altercados producidos en los dispositivos de emergencia de La Esperanza y Tegueste son problemas con los que convive diariamente el centenar de educadores de centros de menores, dos de los cuales han decidido contar a DIARIO DE AVISOS su complejo trabajo día tras día’.
Es más, a la firma del contrato, los educadores de las ONG’s que gestionan este tipo de centros firman un acuerdo por el que se comprometen a guardar confidencialidad respecto a su trabajo, siendo causa de pérdida de trabajo la vulneración de este acuerdo porque se puede violar el derecho a la intimidad o a la propia imagen de los menores.
De hecho, en la información que continúa en el interior del periódico se califica como delincuentes a varios menores, afirmando incluso que deberían estar recluidos en centros con medidas judiciales, aunque no sólo no hayan sido denunciados ante un tribunal sino que no existan sentencias que determinen su ingreso en ese otro tipo de centros.
Por tanto, se pretende extender el miedo que sienten dos educadores en el CAME de Tegueste no sólo al resto de los educadores sino a toda la población. La palabra clave, miedo, lleva implícito el rechazo, el odio al otro, más aún si a ese otro se le cuelga una larga lista de lugares comunes, de etiquetas, como que es un ‘invasor’, alguien ‘sin papeles’, un ‘ilegal’ que viene ‘a robar puestos de trabajo’, a ‘deteriorar los servicios públicos’, a ‘disfrutar de la asistencia, alimentación y cuidado que no se da a los locales’, ese otro al que se vincula a la inseguridad y a la delincuencia[2], ya no de forma potencial, sino convirtiéndolo efectivamente en un delincuente real que roba, arremete y que crea conflictos diarios, que da miedo…De este modo contribuyen los medios de comunicación de Canarias a la integración de los menores extranjeros no acompañados (víctimas del sistema económico capitalista, con sus guerras y su hambruna en sus países de origen en África) en la sociedad capitalista canaria.
Por supuesto, nada se dice de lo que está sucediendo en realidad. La ‘información’ del Diario de Avisos es una respuesta, también, a una denuncia del sindicato UGT sobre la precariedad laboral que sufren los educadores que trabajan en centros de menores gestionados por la Asociación Solidaria Mundo Nuevo.
En su denuncia, UGT critica no sólo los bajos salarios de los trabajadores sino la multiplicidad de funciones que deben realizar en condiciones penosas, con ratios trabajador-menores que superan ampliamente lo establecido por la ley.
Aunque no se podía abrir el periódico con el resultado del CD Tenerife el domingo pasado (porque no jugó el sábado) había otras informaciones menos alarmistas con que vender el periódico, sin crear miedo a la población ni demonizar a los menores. Porque después de analizar lo que publica en portada el Diario de Avisos en grandes titulares, de leer en profundidad el contenido de esa ‘información’ y de recordar lo que no se difunde respecto al enfoque de la inmigración como negocio de ONG’s formadas por militantes de un partido político concreto, llama la atención el editorial que ese mismo día se dedica al asunto: ‘La situación de los menores, una cuestión de todos’. Porque en coherencia con ese editorial, más equilibrado y ecuánime que la ‘mercancía’ que vende en portada, el tratamiento que debió dar ese diario a su ‘noticia’ tenía que ser completamente distinto, tanto en sus formas como en su contenido.
[1] http://www.diariodeavisos.com/diariodeavisos/section/67788/
[2] http://www.diariodeavisos.com/diariodeavisos/content/249568/template/30/
La presencia de menores extranjeros que viajan sin sus padres o tutores legales en las barcazas que arriban a las costas de las islas, después de una larga travesía plagada de peligros, también es objeto de especial atención, al existir un mayor número de leyes nacionales e internacionales que dan mayor protección a los menores que a los adultos, no sólo por una cuestión moral.
Sin embargo, la acogida y asistencia a los menores es uno de los principales elementos de disputa entre las administraciones públicas, lo que se traduce en enfrentamientos políticos y disputas dialécticas entre el Gobierno central y el Gobierno autonómico, con participación de cabildos y ayuntamientos en estos enfrentamientos.
Si bien corresponde a la Comunidad Autónoma la competencia para acoger, asistir y dar protección a los menores extranjeros no acompañados –etiquetados en la legislación como MENAS-, es frecuente la petición de ayuda del Gobierno canario al Gobierno central para que una buena parte de estos menores sea enviada a la Península, ya que los dispositivos de emergencia dispuestos por la Comunidad Autónoma parece que no son suficientes para atender a este sector de población inmigrante.
Según las declaraciones de los responsables en la materia del Gobierno autonómico, hay unos 1.500 menores extranjeros no acompañados, internados en centros de acogida inmediata (CAI), dispositivos de emergencia de atención a menores no acompañados de Canarias (DEAMENAC) y centros de acogida de menores extranjeros (CAME).
Ante la petición del Gobierno de Canarias de trasladar a una parte de estos menores a la Península, el Gobierno central ha aprobado una transferencia de 15 millones de euros que se emplearán para desplazar a centros peninsulares a unos 500 menores, es decir, a una media de 30.000 euros por menor.
No obstante, parece evidente que hay centros sobredimensionados, con una población mucho mayor de lo establecido en la legislación vigente, lo que es un obstáculo para ofrecer la adecuada atención a los menores, regulada por ley, así como la aplicación en condiciones favorables de un proyecto pedagógico adaptado a las necesidades de estos menores extranjeros no acompañados.
De ahí que el Gobierno de Canarias haya anunciado la intención de convertir el antiguo cuartel de Las Canteras en un centro para menores no acompañados, lo que ha supuesto la inmediata respuesta del alcalde lagunero, Rafael Clavijo, oponiéndose frontalmente a que se dé este uso al antiguo cuartel.
No es casual, por tanto, que en ese contexto el periódico Diario de Avisos haya publicado una ‘información’ que sólo se puede calificar como alarmista y demagógica, demonizando a los menores extranjeros no acompañados, prácticamente acusando a una parte de los internados en el CAME de Tegeuste de ser delincuentes, sin presuntos, utilizando para ello como portavoces a dos personas anónimas que sí se identifican como educadores del centro. Ante una información así, el alcalde de La Laguna tiene aún más argumentos para oponerse a la conversión del antiguo cuartel de Las Canteras en otro centro para MENAS, lo que, sin duda, satisfará a la población de La Laguna, en especial de la zona de Las Canteras.
Por ello, es oportuno pararse a analizar la ‘información’ publicada en grandes titulares, a cuatro columnas, el pasado domingo (día de mayor tirada) 11 de enero. [1]
Educadores de los centros de menores admiten sentir “miedo”
Educadores del centro de menores inmigrantes de Tegueste denuncian robos, agresiones y conflictos diarios por la saturación
La continua llegada de cayucos y pateras a Canarias en los últimos tres años, así como la falta de acciones políticas concretas nacionales en la materia, ha provocado que dispositivos que se crearon de manera provisional se hayan convertido en el hogar de cerca de un millar de menores inmigrantes. Los últimos altercados producidos en los dispositivos de emergencia de La Esperanza y Tegueste son problemas con los que convive diariamente el centenar de educadores de centros de menores, dos de los cuales han decidido contar a DIARIO DE AVISOS su complejo trabajo día tras día
La utilización de la metonimia (la parte por el todo) se convierte en una regla de uso diario en los medios, lo que contribuye a reducir y simplificar la realidad, creando estereotipos negativos. Del mismo modo que La Opinión publica ‘La Laguna rechaza un centro de menores en Las Canteras’ (¿acaso se ha publicado a toda la población?) en lugar de ‘El alcalde rechaza’, que sería lo correcto, el periódico Diario de Avisos titula ‘Educadores de los centros de menores admiten sentir miedo’, utilizando el plural, metiendo en el mismo saco a todos los educadores y a todos los centros. Ya que sólo han sido dos las personas que ‘informan’ al periódico, ambas trabajadoras del CAME de Tegueste, lo correcto hubiera sido el siguiente titular: ‘Dos educadores del centro de menores de Tegueste admiten sentir miedo’.
Claro, que eso impediría a la dirección del periódico abrir la publicación el día de mayor tirada con esa ‘noticia’. ¿Qué significa la opinión de dos educadores respecto a los centenares de trabajadores de los centros? ¿Acaso todos los educadores de todos los centros tienen miedo? Ese es el mensaje que pretende trasladar el periódico a la opinión pública, manipulando claramente los datos, tergiversando la realidad, deformando los hechos, demonizando a los menores extranjeros no acompañados, con un doble objetivo: apoyar al alcalde de La Laguna en su rechazo al uso que pretende dar el Gobierno a la instalación de Las Canteras y culpando al Gobierno central, Madrid, de todos los males (políticas nacionales).
Esta intencionalidad se pone de manifiesto en el lead o entradilla de la ‘noticia’: ‘La continua llegada de cayucos y pateras a Canarias en los últimos tres años, así como la falta de acciones políticas concretas nacionales en la materia, ha provocado que dispositivos que se crearon de manera provisional se hayan convertido en el hogar de cerca de un millar de menores inmigrantes. Los últimos altercados producidos en los dispositivos de emergencia de La Esperanza y Tegueste son problemas con los que convive diariamente el centenar de educadores de centros de menores, dos de los cuales han decidido contar a DIARIO DE AVISOS su complejo trabajo día tras día’.
Es más, a la firma del contrato, los educadores de las ONG’s que gestionan este tipo de centros firman un acuerdo por el que se comprometen a guardar confidencialidad respecto a su trabajo, siendo causa de pérdida de trabajo la vulneración de este acuerdo porque se puede violar el derecho a la intimidad o a la propia imagen de los menores.
De hecho, en la información que continúa en el interior del periódico se califica como delincuentes a varios menores, afirmando incluso que deberían estar recluidos en centros con medidas judiciales, aunque no sólo no hayan sido denunciados ante un tribunal sino que no existan sentencias que determinen su ingreso en ese otro tipo de centros.
Por tanto, se pretende extender el miedo que sienten dos educadores en el CAME de Tegueste no sólo al resto de los educadores sino a toda la población. La palabra clave, miedo, lleva implícito el rechazo, el odio al otro, más aún si a ese otro se le cuelga una larga lista de lugares comunes, de etiquetas, como que es un ‘invasor’, alguien ‘sin papeles’, un ‘ilegal’ que viene ‘a robar puestos de trabajo’, a ‘deteriorar los servicios públicos’, a ‘disfrutar de la asistencia, alimentación y cuidado que no se da a los locales’, ese otro al que se vincula a la inseguridad y a la delincuencia[2], ya no de forma potencial, sino convirtiéndolo efectivamente en un delincuente real que roba, arremete y que crea conflictos diarios, que da miedo…De este modo contribuyen los medios de comunicación de Canarias a la integración de los menores extranjeros no acompañados (víctimas del sistema económico capitalista, con sus guerras y su hambruna en sus países de origen en África) en la sociedad capitalista canaria.
Por supuesto, nada se dice de lo que está sucediendo en realidad. La ‘información’ del Diario de Avisos es una respuesta, también, a una denuncia del sindicato UGT sobre la precariedad laboral que sufren los educadores que trabajan en centros de menores gestionados por la Asociación Solidaria Mundo Nuevo.
En su denuncia, UGT critica no sólo los bajos salarios de los trabajadores sino la multiplicidad de funciones que deben realizar en condiciones penosas, con ratios trabajador-menores que superan ampliamente lo establecido por la ley.
Aunque no se podía abrir el periódico con el resultado del CD Tenerife el domingo pasado (porque no jugó el sábado) había otras informaciones menos alarmistas con que vender el periódico, sin crear miedo a la población ni demonizar a los menores. Porque después de analizar lo que publica en portada el Diario de Avisos en grandes titulares, de leer en profundidad el contenido de esa ‘información’ y de recordar lo que no se difunde respecto al enfoque de la inmigración como negocio de ONG’s formadas por militantes de un partido político concreto, llama la atención el editorial que ese mismo día se dedica al asunto: ‘La situación de los menores, una cuestión de todos’. Porque en coherencia con ese editorial, más equilibrado y ecuánime que la ‘mercancía’ que vende en portada, el tratamiento que debió dar ese diario a su ‘noticia’ tenía que ser completamente distinto, tanto en sus formas como en su contenido.
[1] http://www.diariodeavisos.com/diariodeavisos/section/67788/
[2] http://www.diariodeavisos.com/diariodeavisos/content/249568/template/30/
No hay comentarios:
Publicar un comentario