viernes, 29 de mayo de 2009

La juez es una «racista revanchista»


ANNA GRAU NUEVA YORK
Cuando una es la primera latina nominada para el Tribunal Supremo norteamericano seguramente se espera que la llamen de todo menos bonita. Pero con lo que no contaban ni siquiera muchos republicanos era con que Russ Limbaugh tomara carrerilla hasta el punto de calificar a Sonia Sotomayor de «reverse racist», de racista al revés o racista revanchista.
Limbaugh opina que «ya vale de tanta discriminación positiva porque mira lo que pasa. Los liberales dicen que las minorías no pueden ser racistas porque no tienen poder para serlo; pues últimamente vemos que eso no es así. Obama es el mayor caso viviente de racismo revanchista, y acaba de nombrar a otro», ha sentenciado el paladín radiofónico de la superderecha made in USA.
No está mal cuando la oposición conservadora trata de hacer mella en Sotomayor pero con cuidadito de no alienar al votante latino, femenino e incluso católico, ya que la flamante magistrada se crió en esa fe. Y leyendo la Enciclopedia Británica que le compró su madre viuda en el Bronx. Y viendo por la tele episodios de Perry Mason. Así nació su interés por las leyes, dice.
«Perry Mason»
Esto ha rechinado en la oreja de más de uno. Quien esto firma recibió un irónico email de un pariente de Erle Stanley Gardner, el abogado y autor de las historietas de Perry Mason. «¡Estamos todos los Gardner de fiesta! Siempre pensando que el tío Erle fue un escritor de segunda, sin importancia para la literatura americana, y ahora resulta que su imaginación impulsó a una nominada para el Supremo...»
Con todos sus títulos por Princeton y Yale, Sonia Sotomayor no ha ocultado nunca que ella no se considera tanto una intelectual como una campeona del sentido común. Cuando en una conferencia dijo que «una sabia mujer latina puede aportar más a la toma de ciertas decisiones que un hombre blanco que no ha vivido ciertas cosas» hablaba de bagaje vital antes que racial. De «background» alternativo.
Sentencias imprevisibles
Sus sentencias no son siempre previsibles. Falló a favor de repetir unos exámenes para bomberos que no había aprobado ningún negro, pero también en contra de despedir a un policía por mandar emails racistas. Tildada de proabortista, defendió el derecho del gobierno Bush a negar fondos públicos a programas de planificación familiar que incluyesen el aborto.
O sea, que para unos es una racista peligrosa, para otros es desalentadoramente de centro, y hasta hay quien le reprocha estar muy lejos de la agudeza de su admirado Perry Mason. Sólo en una cosa coinciden todos: es una mujer y una juez real como la vida misma.

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